El día 4 de septiembre las mamás nos llevaron al Cole, nos
pusieron muy guapos/as y estrenamos una mochila muy bonita. Cuando llegamos,
había unas señoritas que nos enseñaron las clases (la clase de los perritos y
la de los gatitos), se llamaban Belén, Mari y Aroa. También había algunos
niños/as que lloraban y otros que no (¡claro! Luego entendimos que ya conocían
a las maestras, porqué habían venido el curso anterior), pero por lo general
cuando nos dejaban las mamás llorábamos casi todos.
Pronto descubrimos que las señoritas nos querían, nos daban
de comer, nos enseñaban canciones, juegos y actividades muy divertidas. Por lo
que nuestra relación fue mejorando con el paso del tiempo y ahora solemos ir
muy contentos al Cole. Además hemos hecho muy buenos amigos.
Cuando llegó el otoño, las maestras nos explicaron que en
otoño a algunos árboles se les caen las hojas, se secan y se vuelven de color
marrón. Para entenderlo mejor pegamos el dibujo de un árbol sin hojas en la
ventana de la clase y cada uno pegó una hoja seca.
También hicimos la fiesta del otoño, Mari, Belén y Aroa nos
enseñaron los frutos típicos del otoño. Los manipulamos, descubriendo la
textura de cada uno de ellos, observamos su forma y tamaño y por último los
probamos.
Este mismo día recibimos la visita de la castañera y por fin
pudimos cantar y bailar con ella la canción que días atrás habíamos ensayado
tantas veces. ¡A nosotros nos encantaba la canción!
Papás y mamas esta era la canción por si queréis cantarla
conmigo
Y el cuento para que me lo contéis
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